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martes, 21 de agosto de 2007

TRELEW 22 de agosto por Mónica Oporto


Trelew 22 de agosto
La dictadura iniciada por el gral. Juan Carlos O­nganía con su pretendida “Revolución Argentina” eufemismo que encubría la apertura económica a los capitales monopolistas internacionales de la mano del aquél ministro de economía de triste memoria, Adalbet Krieger Vasenaque con los ajustes con que castigó al sector trabajador.
LQSomos (Para Kaos en la Red)


ahora tiro yo porque me toca.
En este tiempo de plumaje blanco.
De un mudo con tu voz,
De un ciego como yo.
Vencedores vencidos.

Te has fugado. Me hago humo. Den la alarma.
Ensayo general para la farsa actual.
Teatro antidisturbios.

Buena suerte y más que suerte sin alarma.
Me voy corriendo a ver que escribe en mi pared
La tribu de tu calle.

VENCEDORES VENCIDOS. REDONDITOS DE RICOTA

La dictadura iniciada por el gral. Juan Carlos O­nganía con su pretendida “Revolución Argentina” eufemismo que encubría la apertura económica a los capitales monopolistas internacionales de la mano del aquél ministro de economía de triste memoria, Adalbet Krieger Vasena[i]que con los ajustes con que castigó al sector trabajador, sin querer, generó la toma de conciencia de pertenencia de clase de los trabajadores y estudiantes cordobeses que gestaron el reemplazo de o­nganía después del CORDOBAZO.

Repliegue del capital internacional y una nueva oportunidad para los capitales nacionales que daban feroz lucha por el control estructural. Con la breve intervención del gral. Roberto Levingston nuevamente vieron la oportunidad de posicionarse, hasta que vino como reemplazo el gral. Alejandro Agustín Lanusse.

Mientras, la convulsión social avanzaba. Las medidas de la dictadura instaurada por aquél general que también se atacó la Universidad estatal -obligando al exilio a docentes e investigadores, y que General Juan Carlos1966-70 “dictador de Argentina, uno de los integrantes del ala derecha del virulento régimen de finales de los 60, fue un claro ejemplo de misticismo, sentido corporativo de Estado, con su énfasis puesto en “las virtudes cristianas y militares” con misticismo fundamentalista. o­nganía se sentía un “elegido” para delinear el destino del país, de ahí que realizara su golpe de estado a mediados de 1966 junto aalgunos generales e industriales que ubicó en su gabinete los cuales compartían sus creencias de que esas “virtudes” restaurarían la disciplina mental, cultural, social y política en Argentina. Los aspectos feudales del integralismo aparecieron particularmente en esos hombres convencidos de que Dios les había ordenado realizar una sociedad obediente, hierática en la cual cada uno debía conocer su lugar[ii]. Es natural que ellos pensaran que esos valores, particularmente la obediencia y lealtad,se daría en la cadena de mandos, formando parte de la mentalidad militar. La noción que tenía o­nganía de las reglas de los cuerpos de elite, llamados por Dios a servir y salvar la nación, estaba totalmente fuera de foco con la Argentina moderna que buscaba formas democráticas de gobierno, y donde se elevaba un descontento popular que eventualmente era forzado por los militares para reemplazarlos con reglas menos dogmáticas. Las ideas sobrevivieron en las fuerzas armadas, particularmente entre los de la línea dura de la Fuerza y particularmente en la Marina, porque aquellos hombres habían sido influenciados por los EEUU, mediante los cursos de contrainsurgencia que polarizaron el mundo para siempre entre Capitalismo occidental y Comunismo oriental. o­nganía llevó esta controversia polarizada como una cruzada medieval contra el comunismo, al que llamó “Doctrina de West Point” en honor a la academia donde sus ideas fueron formadas.”[iii].

Ya la “Revolución Fusiladora” de 1956 había puesto los cimientos para que el aparato disciplinador controlara todo intento de movilización popular. Estos procedimientos se repetirían con mayor éxito para los representantes delstablishment, definitivamente enquistados en la economía nacional, que completaron la obra de entrega de la economía el 24 de marzo de 1976.Paradójicamente “perejiles” en las manos de los “cerebros” delstablishment, fueron los augustos represores de los disidentes, obreros, estudiantes, docentes, hoy treinta mil espacios vacíos en la sociedad. Permitieron la destrucción económica del país, cómplices de la destrucción económica y social a los que les lavaron el cerebro haciéndoles creer, nuevamente, que eran enviados de Dios para “poner el orden”, combatiendo al enemigo, que ahora más que enemigo continental lo era “fronteras adentro”, es mas, compartía las calles, las plazas, las aulas… Mano ejecutora, manu militari, hirieron y echaron sal sobre las heridas, secuestraron y fusilaron para luego mentir fraguados enfrentamientos. Herederos de proyectos que se gestaban fronteras afuera, fueron peleles en las manos de los intereses extranjeros, cipayos cuyos nombres no deben ser olvidados.

Como tampoco deben ser olvidados los sucesos de agosto de 1972.

“El 15 de agosto de 1972, veinticinco presos políticos se fugaron del
Penal de Rawson. Seis de ellos lograron llegar a Chile. Los Diecinueve
restantes se entregaron luego de acordar garantías para su integridad
física. No obstante, el 22 de Agosto el país se estremeció. En esa
gélida madrugada patagónica, el gobierno de Lanusse materializó la
matanza que sería la génesis del Terrorismo de Estado y que
encontraría luego su expresión más acabada en la desaparición de
treinta mil personas. El fusilamiento se incorporó al inconsciente
colectivo como ‘La Masacre de Trelew’ y en ella, tras interminables
ráfagas de ametralladora, los diecinueve presos políticos indefensos[iv]

fueron las primeras víctimas de la violencia institucionalizada que se
instalaría en la Argentina. La noticia, como un escalofrío,
recorrió el mundo.

Los Caídos

Carlos Alberto Astudillo (FAR): nacido en Santiago del Estero el 17 de
Agosto de 1944 (28 años), estudiante de medicina de la Universidad de
Córdoba. Fue detenido el 29/12/70. Brutalmente torturado.

Rubén Pedro Bonet (ERP): nacido en Buenos Aires el 1 de Febrero de
1942 ( 30 años) casado, padre de dos niños, Hernán y Mariana de 5
y 4 años. Perteneciente a una familia muy modesta, abandonó sus
estudios para ingresar como obrero en Sudamtex y Nestlé. Fue detenido
en febrero de 1971.

Eduardo Adolfo Capello (ERP): nació en Buenos Aires el 3 de mayo de
1948 (24 años). Estudiante de Ciencias Económicas y empleado. Fue
detenido en febrero de 1971.

Mario Emilio Delfino (ERP): nacido en Rosario el 17 de Septiembre de
1942 (29 años). Abandonó sus estudios de ingeniería para ingresar
como obrero del frigorífico Swift en Rosario. Lo detuvieron el 14 de
Abril de 1970.

Alberto Carlos Del Rey (ERP): nació en Rosario el 22 de Febrero de
1949 (23 años). Estudiante. Fue detenido el 27 de abril de 1971.

Alfredo Elías Kohon (FAR): nació en Entre Ríos el 22 de marzo de
1945 (27 años). Estudiaba ingeniería en la Universidad de Córdoba
mientras trabajaba en una fábrica metalúrgica. Es detenido el 29 de
diciembre de 1970.

Clarisa Rosa Lea Place (ERP): nació en Tucumán el 23 de diciembre de
1948 (24 años). Estudiante. Detenida en 1971.

Susana Graciela Lesgart (MONTONEROS): nacida en Córdoba el 13 de
octubre de 1949 (22 años). Maestra. Se radicó en Tucumán donde
enseñaba y compartía la vida de los cañeros. Fue detenida en
diciembre de 1971.

José Ricardo Mena (ERP): tucumano, nacido el 28 de marzo de 1951 (21
años). Estudiante. Detenido en noviembre de 1970.

Miguel Angel Pólit (ERP): nacido en Córdoba el 11 de julio de 1951
(21 años). Estudiante. Fue detenido en Córdoba en julio de 1970.

Mariano Pujadas (MONTONEROS): nació en córdoba el 14 de junio de
1948 (24 años). Estaba a punto de terminar su carrera de Agrónomo
cuando fue detenido en junio de 1971.

María Angélica Sebrelli (FAR): nació en Buenos Aires el 12 de
enero de 1949 (23 años). Cursaba Matemáticas en la Facultad de
Ciencias Exactas, trabajando además como empleada y profesora de
matemáticas y latín. Fue detenida en febrero de 1972. Salvajemente
torturada.

Ana María Villarreal de Santucho (ERP): nació el 9 de octubre de
1935 (36 años), casada, madre de tres niñas. Profesora de Arte. Fue
detenida mientras efectuaba un reparto de alimentos en una barriada de
Tucumán.

Humberto Segundo Suarez (ERP): nació en Córdoba el 1 de abril de
1947 (25 años). Campesino, cañero, obrero de la construcción y
oficial panadero. Lo de detuvieron en marzo de 1971.

Humberto Adrián Toschi (ERP): cordobés, nació el 1 de Abril de
1947 (25 años). Estudiante. Fue detenido el 30 de agosto de 1971.

Jorge Alejandro Ulla (ERP): nació en Santa Fe el 23 de diciembre de
1944 (27 años). Maestro, abandona sus estudios y trabaja como obrero
en una fábrica metalúrgica. Detenido en agosto de 1971.

Los sobrevivientes de la Masacre del 22 de Agosto de 1972

Berger, María Antonia (MONTONEROS) Lic. en Sociología, fue detenida
el 3 de noviembre de 1971. Herida por la ráfaga de metralla, logró
introducirse en su celda, donde, además, recibió un tiro de pistola.
Fué la última en ser trasladada a la enfermería. En la fecha de la
masacre en la base Alte. Zar de Trelew tenía 30 años.

Camps, Alberto Miguel (FAR) Estudiante, fue detenido el 29 de diciembre
de 1970. Eludió la metralla arrojándose dentro de su propia celda.
Fue baleado dentro de su celda. Tenía 24 años.

Aidar, Ricardo René (MONTONEROS), Ingeniero Químico, fue detenido el
22 de febrero de 1972. Evadió las ráfagas de ametralladoras
introduciéndose en su celda. Allí fue herido. En la fecha de la
masacre tenía 28 años.

Salvaron sus vidas porque la represión pensó que estaban muertos.

Fragmento de una carta de un compañero preso a su familia

(=85) Querida mamá - leyeron en una carta -: No elegí la violencia
por la violencia, sino porque era el único camino que nos quedaba. Vos
me conocés, soy pacifista por naturaleza. Pero no puedo quedarme
cruzado de brazos cuando sé que la mortalidad infantil ha aumentado
más que en ningún otro país del mundo durante los últimos cinco
años: ya es del cien por mil en Salta y Jujuy, del setenta por mil en
La Rioja. ¿Te das cuenta? El gobierno reprime cualquier
manifestación, por chica que sea, así se trate de una
manifestación que hacen veinte obreros con hambre porque no pueden
pagar la luz. Miobligación, nuestra obligación, es estar junto a
ellos, junto al pueblo, porque somos parte del pueblo.

Trelew

La larga noche de los genocidas empezó en Trelew, un día de agosto
del 72. Diecinueve compañeros de las organizaciones revolucionarias de
aquel entonces fueron fusilados por guardias de la marina. Sólo 3
lograron sobrevivir a la masacre y contaron todo lo sucedido en un
relato memorable recogido por Francisco Urondo durante la noche previa a
la libertad de todos los presos políticos, allá por 1973. El
reportaje se hizo dentro de una celda de la cárcel de Villa Devoto,
mientras el penal hervía por la inminente liberación.

Ya pasaron 28 años de todo eso. Los 3 compañeros que sobrevivieron a
los tiros de Trelew están desaparecidos. A Francisco Urondo lo mataron
mientras combatía contra la dictadura militar en junio del 76. Cuando
los compañeros salieron de la cárcel no se arrepintieron de su lucha
revolucionaria. No se sumaron a la "vida institucional de la
república", como le dicen a la traición ahora. No se convirtieron a
la religión de la democracia, el libre mercado y las candidaturas. Les
importó nada quedar bien con el régimen. Eligieron continuar por el
mismo camino que los había llevado a la cárcel. Fueronfieles a su
pueblo y a la revolución, y en los fuegos de esa dignidad cayeron como
hombres valientes y justos.

Para ellos no hay museos ni nombres de calles. En los ministerios no dan
asueto cada vez que es 22 de agosto. El poder festeja las fechas de su
patria con desfiles militares. Mejor que todo sea tan claro. El pueblo,
cuando se acuesta a dormir, o sale a la mañana para ir a buscar
trabajo, prende otra vez el mismo sueño de los que cayeron en nombre
de la libertad. Loscompañeros siguen haciendo hijos porque confían
en el porvenir. Todos los días vemos cómo crece la esperanza de
hacer la revolución para que la vida cambie. La rebeldía sale como
pus desde más adentro que la piel. La entera sociedad se calla bien la

La masacre de Trelew (publicado en la revista "Los '70")

22 de Agosto de 1972, en la Base Naval Almirante Zar, fueron asesinados
16 presos políticos que habían sido trasladados allí seis días
antes, luego de que se efectivizara una acción conjunta de las
organizaciones Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Ejército
Revolucionario del Pueblo (ERP) y Montoneros, que permitió la
evasión de seis jefes guerrilleros recluidos en la cárcel de Trelew
quienes, tras abordar un avión civil previamente secuestrado por un
grupo comando, lograron refugiarse en Chile, gobernado por el socialista
Salvador Allende.

El objetivo trazado - la fuga masiva de 110 combatientes - no pudo
concretarse con total éxito, razón por la cual un contingente
integrado por 19 de ellos que no logró arribar a tiempo al aeropuerto,
decidió rendirse el 16 de agosto ante un juez, autoridades militares y
la prensa, no sin antes exigir que se les garantizara su seguridad. El
capitán de corbeta Luis Emilio Sosa comprometió su palabra en este
sentido, escena que fue presenciada y corroborada por el coronel
retirado Luis César Perlinger, cuyo testimonio en el que destacaba la
humanidad y la capacidad militar de los insurgentes, fue sancionado con
un arresto.

Violando sus promesas, los marinos sometieron a los prisioneros a un
régimen de terror. En la noche del lunes 21 se les impartió una
orden insólita: salir de sus celdas con la vista fija en el piso y
detenerse ante la puerta en dos hileras de uno en fondo. Fue entonces
cuando los uniformados comenzaron a disparar sus ametralladoras.
Recién al amanecer comenzó a pergeñarse la mentirosa versión
oficial de los sucesos, según la cual el montonero Mariano Pujadas
habría intentado arrebatarle la pistola a Sosa, fábula que sirvió
para explicar la brutalidad de la masacre. María AntoniaBerger,
Alberto Camps y Ricardo Haidar, aunque malheridos, salvaron sus vidas
por un descuido de sus verdugos, la dictadura lanussista los mantuvo
incomunicados y sólo permitió que la televisión mostrara sus
imágenes sin sonido, al tiempo que instauraba una férrea censura de
prensa.

A tal punto llegó su ensañamiento que el tristemente célebre
comisario Alberto Villar - luego jefe de policía de Perón y uno de
los mentores de la Triple A- irrumpió con tanquetas en la sede del
Partido Justicialista donde se velaban los cadáveres de tres de los
guerrilleros asesinados.

Pero allí no terminó todo. La sede de la Asociación Gremialde
Abogados fue dinamitada, se exterminó a las familias de Clarisa Lea
Place, Roberto Santucho y Mariano Pujadas, la mayor parte de los
hermanos y hermanas de los fusilados están hoy desaparecidos y el
letrado Mario Amaya, que escoltó con su auto al micro de la armada que
el 16 trasladó a los detenidos hasta la base naval, fue asesinado
durante la última dictadura. La masacre de Trelew fue, sin duda, el
hito inicial del luctuoso camino que conduciría al mayor genocidio de
la historia argentina. [v]


LQSomos. Mónica Oporto. Agosto de 2007


viernes, 6 de julio de 2007

La memoria de Argentina y la amnesia de España.



Por Marc Bou*

Hace unos meses, la Corte Suprema de Argentina declaraba inconstitucionales la Ley de Punto y Final y la Ley de Obediencia Debida promulgadas en 1986 y 1987, respectivamente. La Ley de Punto y Final establecía la prescripción de las acciones penales contra militares, policías y funcionarios carcelarios acusados de participar en la represión política durante la dictadura (1976-1983); mientras que la Ley de Obediencia Debida eximía de cualquier responsabilidad penal a aquellos oficiales que, por su ubicación en la cadena de mandos, obedecieron órdenes de sus superiores y que, por tanto, se extralimitaron a la hora de ejercer sus facultades o atribuciones. La vigencia de estas d
os normas, conocidas también como las "leyes del perdón", han impedido el procesamiento de centenares de personas presuntamente implicadas en episodios de violación de los derechos humanos. La inconstitucionalidad de ambas leyes permite no sólo poner fin a la impunidad en Argentina (posibilitando, de nuevo, la revisión de muchas causas que quedaron pendientes de resolución), sino también anular en el futuro no muy lejano todos y cada uno de los indultos dictados por el ex presidente Carlos Menem.

El pronunciamiento del más alto tribunal sobre la inconstitucionalidad de las "leyes del perdón", fue precedido por el juicio, en España, del ex militar argentino Adolfo Scilingo. Scilingo, destinado en la tristemente famosa Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), fue condenado por la Audiencia Nacional a 640 años de prisión por crímenes contra la humanidad así como por los delitos de detención ilegal y torturas. Esta sentencia es completamente anómala ya que se trata de una persona que ha sido procesada y condenada por aquellos delitos en manos de un tribunal extranjero. En un primer momento celebré que la Audiencia Nacional estuviera habilitada legalmente, en aplicación de una especie de jurisdicción universal, para perseguir delitos cometidos fuera del territorio nacional susceptibles de ser tipificados como delitos contra la humanidad. Sin embargo, pronto me invadieron serias dudas sobre la moralidad de la justicia española para abanderar este proceso u otros anteriores como el caso Pinochet.

El por qué de mis dudas entronca directamente con el modelo de transición a la democracia que vivió España. Existe una gran unanimidad, tanto política como académica, en considerar que el balance de la transición española es globalmente positivo. De hecho, se sostiene que el modelo español sirvió de modelo de referencia en algunas transiciones latinoamericanas, en la polaca o en la húngara. Y quizás sea cierto. La transición española se caracterizó por los pactos y las negociaciones entre los principales actores del momento. Este escenario fue consecuencia del frágil e inestable equilibrio entre la clase política franquista y la oposición, dividida y con pocos recursos organizativos, que aconsejó a ambas partes renunciar a la violencia pactando nuevas reglas de confrontación civil que pudieron ser aceptadas por todos.

Pero, ¿cuál fue el precio que tuvieron que pagar los españoles para obtener la democracia? Toda negociación, y más cuando ninguna de las partes goza de más poder para imponer sus demandas, conlleva renuncias y concesiones importantes. Por ejemplo, los partidos de izquierda diluyeron su republicanismo y aceptaron la monarquía a cambio de que ésta tuviera poderes limitados y perfectamente definidos. Ahora bien, hasta la fecha, y a diferencia de los sucedido con la derogación de las "leyes del perdón" en Argentina, España ha desistido a la hora de exigir responsabilidades a aquellos que formaron parte del aparato represor del régimen franquista. Como el general Franco, muchos de los que cometieron atrocidades y violaron flagrantemente los derechos humanos finalizaron sus días en democracia sin haber respondido de sus actos ante la justicia. Es más, algunos ocuparon posiciones estratégicas en el mundo de la política y de la economía que les reportaron importantes beneficios.

Analistas y estudiosos de la transición española sostienen que el hecho de no remover el pasado fue uno de los aspectos esenciales para no debilitar el incipiente proceso de democratización del país. De hecho, este argumento también fue utilizado por Menem cuando, en declaraciones ante los medios, justificaba la promulgación de los indultos en pro de la pacificación y como mecanismo para apaciguar los intentos golpistas de los militares. Sea como fuere, ¿cómo puede la justicia española perseguir delitos de este calibre a nivel internacional (como el caso Scilingo) cuando hemos dado la espalda a todas las víctimas de la represión franquista que, por cierto, fueron infinitamente superiores a las de Argentina? Con la inconstitucionalidad de las "leyes del perdón", Argentina pude decir con la voz bien alta que ya no sustenta su democracia gracias al silencio y a la impunidad pero, sobre todo, porque no ha confundido reconciliación con amnesia. Las generaciones futuras agradecerán este gesto de valentía y responsabilidad histórica. España ya habría hecho tarde.


*
Marc Bou i Novensà es un joven catalán, analista del Instituto Internacional de Gobernabilidad deCatalunya. Los temas de investigaciones que desarrolla se concentran en pluralismo, identidad, desigualdad, pobreza y derecho de información.

miércoles, 13 de junio de 2007

La ofensiva ultraconservadora contra el movimiento por la Memoria Histórica Democrática

José Mª Pedreño
Federación Estatal de Foros por la Memoria


Desde que la recuperación de la Memoria Histórica Democrática rompió el cerco mediático, saltando a las páginas de los periódicos, y se fue consolidando a su alrededor un fuerte movimiento social, las fuerzas antidemocráticas de la derecha española han creado una estrategia con el objetivo de neutralizar la posibilidad de que este movimiento pueda ser motor de nuevas conquistas democráticas.



Estamos asistiendo a una gran ofensiva ultraconservadora en todos los frentes. Esta ofensiva viene marcada por un agrupamiento de las fuerzas antidemocráticas de la derecha española que no se resignan a tener solamente el poder, sino que además desean el gobierno para poder utilizar ese poder de forma más eficaz. Para conseguirlo ha creado una amplia red de órganos de divulgación a través de los que unificar y transmitir ideas a la sociedad y de esta forma poder generar la cohesión ideológica necesaria para construir y articular su “bloque histórico”. Fenómenos como los de Pío Moa, Cesar Vidal o Jiménez de los Santos, en los que la defensa del “amigo americano”, de la invasión de Irak y los ataques contra el proceso de paz en


Euzkadi se dan la mano con el revisionismo histórico y la negación del exterminio de los defensores de la legalidad democrática de la II República, no son casuales. El trabajo realizado por el movimiento supone un asalto frontal a las trincheras ideológicas de las fuerzas antidemocráticas de la derecha española. Esto ha sido contestado con la divulgación de verdaderos manuales de revisionismo histórico y negacionismo sin ninguna clase de rigor científico. Las declaraciones de diversos dirigentes del PP en referencia a que “desenterrar restos de la Guerra Civil” crispa a los ciudadanos y ataca el espíritu de la transición, en algunos casos reivindicando ser herederos de los vencedores, son una clara muestra del daño ideológico que la recuperación de la memoria histórica democrática está ocasionando en sus planteamientos. Recientemente, Esperanza Aguirre hacía referencia a que la crispación de los ciudadanos estaba generada por el afán de desenterrar el pasado y el proceso de paz en Euzkadi. Declaraciones similares hemos oído o leído de otros destacados dirigentes del PP.



En centros de poder en los que no sólo no ha penetrado suficientemente la democratización, sino que está en franco retroceso, como es el Poder Judicial, además de estar intentando evitar que la cuestión de las víctimas del franquismo sea tratada, desde el punto de vista jurídico, bajo los planteamientos que deben regir una democracia -es decir, bajo el prisma de las leyes penales internacionales y españolas-, se empeñan en castigar duramente a quienes intentan esclarecer la verdad con sus investigaciones. El caso de Dionisio Pereira, dando nombres concretos de los represores franquistas en la comarca de Cerdedo es una buena prueba de ello. El compañero Dionisio ha trabajado por investigar y dar a conocer la verdad, cuestión a la que tienen derecho tanto las víctimas como las sociedades que han sufrido graves crímenes contra la humanidad. Es curioso ver como estando llenas las cunetas de fosas comunes con los restos de personas asesinadas por defender la legalidad democrática republicana, el poder judicial no tome cartas en el asunto y, sin embargo, admita a trámite denuncias contra investigadores cuyo riguroso trabajo está posibilitando que tanto nuestra sociedad, como los familiares de las víctimas, tengamos acceso a conocer la verdad; es decir, el derecho a saber.



Amparándose en el revisionismo histórico y en la negación del exterminio de los defensores de la legalidad democrática republicana por parte de las fuerzas antidemocráticas, que los pseudohistoriadores vinculados a la FAES están vertiendo en libros y medios de comunicación, se está divulgando auténticas falacias que nada tienen que ver con una derecha liberal, democrática y europea. Recientemente, Pedro Alberto Cruz Sánchez, profesor de la Facultad de Bellas Artes de Universidad de Murcia, según Vega Media Press, ha afirmado ante sus alumnos, que el movimiento social por la Recuperación de la Memoria Histórica "no es sino rescatar los huesos de criminales de guerra". Este tipo de comentarios no se corresponden con una mentalidad democrática, atentan contra la verdad y sirven para mantener la manipulación ideológica del franquismo más allá de la muerte del dictador y son resultado de tanta impunidad y revisionismo histórico.



Ante esta situación en la que los poderes del estado persiguen a quien defiende los Derechos Humanos y muestran inacción ante quienes practican el revisionismo histórico y el negacionismo (ambas cuestiones tipificadas como delito en el derecho penal internacional), las fuerzas democráticas deben tomar posiciones. Gran parte de lo que está ocurriendo es efecto de la impunidad de la que han gozado, y gozan, las fuerzas antidemocráticas de la derecha española sin que las fuerzas democráticas parlamentarias sean capaces de investirse de la valentía política necesaria para hacer frente a la situación.



La tibieza con la que las fuerzas parlamentarias democráticas están tratando estos temas, sin atender derechos irrenunciables (Verdad, Justicia, Reconocimiento y Reparación), está permitiendo que los planteamientos ideológicos de las fuerzas antidemocráticas de la derecha española se transformen, poco a poco, en opinión reconocida y asumida como verdad histórica por una buena parte de la sociedad. Con leyes de memoria que asientan la impunidad no se va a parar la ola de revisionismo y negacionismo que nos intenta arrasar, sino que además se fortalece la ofensiva ultraconservadora que no encuentra ningún muro ideológico, ni jurídico, ni político de contención.



Se hace cada vez más necesaria una acumulación de fuerzas para combatir la gran ofensiva de las fuerzas antidemocráticas de la derecha. Por eso, hacemos un llamamiento a todas las fuerzas democráticas (sindicatos, partidos, asociaciones, medios de comunicación, etc.)para configurar un amplio frente de lucha ideológica que contrarreste, y haga retroceder, los planteamientos revisionistas y negacionistas respecto a la Memoria Histórica, vinculando este frente a la defensa de los Derechos Humanos y la Lucha contra la Impunidad, sustanciándose el mismo sobre trabajos y acciones concretas, no con leyes que asienten la impunidad.



Estamos asistiendo a la mayor involución democrática de los últimos 30 años y va siendo hora de empezar a pararla. Se hace más necesario que nunca la construcción de instrumentos de confrontación ideológica capaces de articular el pensamiento diverso de las fuerzas democráticas no sólo para contrarrestar la ofensiva ultraconservadora, sino para conseguir mayores y necesarios avances democráticos.



Y no se trata de legislar de “cara a la galería” para luego no hacer nada, sino de empezar a tener la claridad ideológica, la voluntad política y la firmeza necesaria para obligar a que los jueces apliquen las leyes del estado democrático de derecho contra los criminales de la dictadura franquista, contra los que practican el revisionismo histórico y el negacionismo, y contra los defensores del golpismo y del terrorismo de estado franquista.